Actividad Vocacional

“Se ha de hacer ciertamente un generoso esfuerzo -sobre todo con la oración insistente al Dueño de la mies (cf. Mt 9,38)- en la promoción de las vocaciones al sacerdocio y a la vida de especial consagración. Éste es un problema muy importante para la vida de la Iglesia en todas las partes del mundo; además, en algunos países de antigua evangelización, se ha hecho incluso dramático, debido al contexto social cambiante y al enfrentamiento religioso causado por el consumismo y el secularismo. Es necesario y urgente organizar una pastoral de las vocaciones amplias y capilar, que llegue a las parroquias, a los centros educativos y familias, suscitando una reflexión atenta sobre los valores esenciales de la vida, los cuales se resumen claramente en la respuesta que cada uno está invitado a dar a la llamada de Dios, especialmente cuando pide la total entrega de sí y de las propias fuerzas para la causa del Reino".

(Novo millennio ineunte) (46)

Una Iglesia que quiera ser evangelizadora y misionera no sólo ha de anunciar y vivir el Evangelio ahora. Por eso ha de prever y preparar desde el actual presente el mañana y la siguiente generación. (P.D.V. 64)

Hoy es imprescindible preguntarse ¿Quiénes, cuantos y cómo, en el próximo futuro evangelizarán?. Lo que nos lleva a la urgente promoción de vocaciones al sacerdocio ministerial, dado que la "vocación sacerdotal es un don de Dios, que constituye ciertamente un gran bien para quien es su primer destinatario. Pero es también un don para toda la Iglesia, un bien para su vida y misión. Por eso la Iglesia está llamada a custodiar este don, estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento  y de la maduración de las vocaciones sacerdotales. En consecuencia, la pastoral vocacional tiene como sujeto activo, como protagonista, a la comunidad eclesial como tal, en sus diversas expresiones: desde la Iglesia Universal a la Iglesia Particular y, análogamente, desde ésta a la parroquia y a todos los estamentos del Pueblo de Dios" (P.D.V. 41)

Hace unos años afirmábamos que no sólo había crisis de vocaciones sino también de "vocantes", de aquellos que den un testimonio apasionado de su propia vocación, quizás porque los avatares de la historia nos llevan a perder el ardor primero o quizás porque hemos considerado que era una tarea específica de un grupo determinado. La verdad es que el cuidado de las vocaciones es una tarea de todos: "el deber de formentar las vocaciones afecta a toda la comunidad cristiana, la cual ha de procurarlo, ante todo, con una vida plenamente cristiana" (O.T.2)

El Seminario de San Pelagio, como todos los demás, lleva años haciendo suya esta preocupación que el mismo Papa Juan Pablo II, al final del milenio, nos anima a superar. La pastoral vocacional la hemos querido articular en torno a la tarea de suscitar-acompañar-discernir las posibles vocaciones a la vida consagrada, y de forma especial al ministerio ordenado.

Por ello, llevamos a cabo diversas acciones como son: MES DE LA VOCACIÓN, DÍA DEL MONAGUILLO, COLONIAS VOCACIONALES, RETIROS, PRESEMINARIO. Estas, tienen como objeto suscitar y acompañar como paso previo a la incorporación al Seminario Menor o Mayor como interno. Desde aquí queremos compartir nuestra experiencia con todos vosotros.


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